En la actualidad, el uso de productos fitosanitarios se ha vuelto algo común en diversas actividades agrícolas. Estos productos son utilizados para controlar enfermedades, plagas y malezas que pueden afectar los cultivos y plantas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos productos no son inofensivos y pueden representar un riesgo para la salud humana si no se utilizan adecuadamente.
Según Ximena Rojo, Coordinadora NOA CASAFE, “todos los productos fitosanitarios pueden penetrar por la piel, ya que muchas veces contienen sustancias que se disuelven con la liposidad de nuestra piel y atraviesan nuestra dermis. Esto es necesario ya que también necesitan disolverse en la serosidad de las hojas o en la serosidad que recubre a los insectos”.
Ante esta realidad, es fundamental prestar atención a las recomendaciones de uso de los productos fitosanitarios. Al momento de utilizar uno de estos productos, lo primero que se debe hacer es leer detenidamente la etiqueta para conocer las sustancias con las que estamos trabajando y tomar los recaudos necesarios. La etiqueta contiene información importante, como la comunicación de los riesgos asociados al producto. Siguiendo estas indicaciones, se puede minimizar al máximo los riesgos de contacto al manipular los productos fitosanitarios.
En las etiquetas también se encuentra el símbolo de una gotita de color rojo, que indica la presencia de un teléfono de contacto. Este teléfono corresponde al Centro Toxicológico de Rosario (TAS), que opera las 24 horas. En caso de tener contacto con un producto fitosanitario, sea intencional o accidental, se recomienda llamar a este centro toxicológico. Allí, médicos especializados brindarán las indicaciones y procedimientos necesarios, ya sea para asistir a la persona afectada o para dar los primeros auxilios hasta llegar a un centro de salud.
La correcta utilización de los productos fitosanitarios es fundamental para proteger nuestra salud y evitar posibles intoxicaciones. En este sentido, es necesario tomar conciencia sobre la importancia de leer las etiquetas y seguir las recomendaciones proporcionadas. Solo de esta manera podremos garantizar tanto nuestra seguridad como la preservación del medio ambiente.
