CORDOBA.- “Llueve y nosotros estamos con la cuchara”. Así define la actual coyuntura el presidente de la Cámara Tabacalera de Jujuy, Pedro Pascuttini y la referencia es que hay una demanda mundial creciente de tabaco y en la Argentina -productora de uno de excelente calidad- pierde peso por sus problemas de competitividad. El país compite, en la región con Brasil, segundo productor y primer exportador mundial que, incluso, compra tabaco negro argentino.
En promedio, en la Argentina, se producen 100 millones de kilos de tabaco al año y el 80% va afuera. El noroeste y noreste del país, en las provincias de Misiones, Salta, Jujuy, Chaco, Catamarca, Corrientes y Tucumán, concentra las plantaciones; hay regiones que dependen casi exclusivamente de esta actividad.
Hay productores tabacaleros que están dejando la actividad por falta de rentabilidad. Cada vez, explican, se les hace más difícil mantener la actividad porque los costos crecen en dólares y los precios internos, insisten, no alcanzan a cubrirlos. La irrupción de China en el mercado internacional trastocó las reglas de juego: pagan menos y compran más.
En el primer semestre del año (últimos datos disponibles de Indec), las exportaciones del complejo tabacalero sumaron US$109 millones con un aumento interanual de 75,8%. Los principales destinos fueron Unión Europea (US$78 millones) y Mercosur (US$17 millones, con una participación de Brasil del 64,7%).
Los problemas que afronta el país en los mercados mundiales tienen su correlato en la discusión del precio interno entre los productores y los compradores de tabaco que, a nivel local, tiene a tres como máximos exponentes. La Cámara Tabacalera de Jujuy reclama por la “demora” en las reuniones para acordar los precios y abrir los acopios con lo que, aseguran, terminan percibiendo “cifras absolutamente devaluadas”.
En la campaña 2021/2022 el precio de la clase de referencia fue de $287.83 por kilogramo, lo que “conduce a un quebranto generalizado y definitivo”. En esa línea reclaman que para marzo se les reconozca, provisoriamente, $500. “Hasta el momento, no hemos recibido ningún tipo de respuesta -señala Pascuttini-. Afrontamos una alta inflación en pesos y en dólares para los productos que se utilizan en la producción; si no se presta atención a todos los eslabones de la cadena de valor se pone en serio riesgo la continuidad del negocio del tabaco virginia en nuestro país”.
La variable Virginia se produce en unos 70 países del mundo -desde Nueva Zelanda a Alemania incluyendo a Estados Unidos, Brasil, India, Tanzania, Malawi, Zimbabwe y China- y representa alrededor del 80% del total. A nivel local el Virginia representa alrededor del 60% del total y se realiza casi exclusivamente en Salta y Jujuy, mientras que el tipo Burley (35%) es preponderante en Misiones y Tucumán; los “Criollos” caracterizan al noreste.
¿Por qué el precio interno condiciona la inserción internacional? Porque la falta de rentabilidad genera el abandono del negocio. Por caso, en Jujuy se hacían 20.000 hectáreas hace una década y ahora son 12.000. La Secretaría de Agricultura respalda la posición de los productores en la negociación del precio de acopio que están reclamando.
Como cultivo, es el principal demandante de mano de obra por hectárea: 142 jornales frente a 0,44 de la soja o el maíz. El kilo de tabaco se exporta a un precio promedio de US$4 y paga 12% de retenciones.
En el país hay unos 23.000 productores tabacaleros que cultivan entre 63.000 y 75.000 hectáreas y dan empleo directo a 140.000 personas; es el décimo productor mundial. La brecha cambiaria complica al sector porque paga insumos a dólar paralelo. Son altos los costos en energía (el Virginia necesita estufas para el secado y curado de las hojas), además de requerir altas inversiones en maquinaria agrícola.
La Argentina observa el comportamiento de Brasil en su inserción internacional: con un promedio de entre 430 millones y 450 millones de kilos de tabaco crudo exportados en los últimos dos años, se convirtió en el principal exportador de tabaco del mundo en términos de cantidad. China e India ocupan la segunda y tercera posición respectivamente, aunque en ambos casos con menos de 200 millones de kilos. China, Estados Unidos, Indonesia, Emiratos Árabes Unidos y Turquía son los principales destinos del gran competidor argentino en la región.
“Hay una voracidad enorme por el tabaco bueno -describe Pascuttini-, podríamos producir y vender mucho más si fuéramos más competitivos. Para lograr buena calidad hay que invertir y eso se complica por los costos. Los brasileros vienen a comprar y, a su vez, después exportan. Brasil hoy es muy condicionante para nosotros”.
Pese a las regulaciones y restricciones para reducir el consumo del tabaco por cuestiones de salud, la consultora Mordor Intelligence estimó que entre 2020 y 2025 el mercado crecerá 3,75% y advierte que se consolida la participación de unos “pocos grandes jugadores” ya que las “barreras regulatorias desalientan a los nuevos”.
Replicado de La Nación