viernes, 11 octubre 2024
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La erradicación del trabajo infantil, como ejemplo de acciones interinstitucionales.

La producción tabacalera en general en un verdadero ejemplo de trabajo interinstitucional, donde todas las empresas u organismos del sector se unen para desarrollar diferentes actividades, todos los años, sin diferencias ni recelos.

Prueba de todo ello, es el trabajo de Responsabilidad Social Empresaria, que se plasma en proyectos y acciones a favor de la familia tabacalera, en especial de los niños.
El próximo 12 de junio se celebra en Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Una fecha que, en 2002, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) instituyó para poner de relieve la grave situación de los niños, niñas y adolescentes, y concentrar la atención en las medidas para erradicar su explotación laboral.
Esta cadena de valor, que está presente en 7 provincias argentinas (Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, Chaco, Misiones y Corrientes), ha decidido desde hace muchos años erradicar el trabajo infantil en cada uno de sus eslabones de trabajo y ha instrumentado acciones concretas para lograrlo.
La iniciativa vino de los propios productores de las provincias del extremo norte y más adelante; como una política de las instituciones del sector, se fueron armando el programa Porvenir, Jardines de Cosecha y finalmente jardines Crecer.
Estas acciones, que cuentan con el auspicio o patrocinio económico del gobierno nacional y de las provincias involucradas, de empresas tabacaleras, cámaras, cooperativas, ART, gremios y el propio RENATRE; han venido demostrando que se puede evitar que los chicos desempeñen tareas que no les corresponden por sus edades y que además están penadas por la ley.
El cultivo de tabaco, por su condición estacional, lleva adelante las tareas más intensas en los meses de verano (cosecha, clasificado y enfardado) posibilitando que no solo trabaje el jefe del hogar, sino también su esposa, justo en tiempos de vacaciones de los chicos. Es justamente en este periodo que las mamás, para no dejar solos a sus hijos en las casas, se veían en la necesidad de llevarlos a su lugar de trabajo y es aquí donde se producía hace varios años atrás el “trabajo infantil”.
Hoy, gracias a los programas de verano y a la conciencia de los propios productores, de sus padres e incluso de los propios chicos, a los cuales se les ha enseñado cuáles son sus derechos, este flagelo está prácticamente desterrado de las fincas tabacaleras y es ejemplo para otras cadenas productivas.
Poner en marcha todos los años estos programas, incluye un gran esfuerzo de las instituciones participantes; gastos (que el sector toma como inversiones), esfuerzo de logística y mucho compromiso. A esto, hubo que sumarle en los últimos 2 veranos, todas las complicaciones de la pandemia.
Aquí hubo celeridad y reacción. Los centros se reconvirtieron para respetar los protocolos de cada jurisdicción y se armaron micro centros en las propias fincas, a los fines de evitar las grandes concentraciones de niños. Nuevamente, se cumplió el objetivo, alejar a los niños de todo trabajo en las fincas.
Este 12 de junio, los niños, niñas y adolescentes de las familias trabajadoras del sector tabacalero pueden seguir celebrando esta fecha y reivindicando que esta cadena de valor es un ejemplo para todas las demás.

GERMAN SALOMON

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