En un contundente paso hacia la regulación y cumplimiento de obligaciones tributarias, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) emitió una dura intimación a Pablo Otero, conocido como el «Señor Tabaco«, propietario de Tabacalera Sarandí. Esta acción surge tras la persistente negativa del empresario a cumplir con un fallo judicial que le ordena saldar una deuda multimillonaria con el Estado, derivada de la evasión del impuesto interno al tabaco.
Semanas atrás, la Corte Suprema de Justicia de la Nación canceló las medidas cautelares que beneficiaban a Otero, exigiendo a Tabacalera Sarandí que procediera con los pagos correspondientes. Sin embargo, la respuesta de Otero fue nula, lo que llevó a la AFIP a tomar medidas más drásticas.
Según fuentes oficiales, la AFIP notificó que las presentaciones impositivas de Tabacalera Sarandí «no satisfacen los recaudos exigidos por la normativa vigente». La advertencia es clara: de persistir en el incumplimiento, la tabacalera podría ser excluida del régimen de fabricantes de tabaco.
En el marco de esta situación, la AFIP aprobó la Resolución General 5524/2024, que establece un programa aplicativo para que los fabricantes de tabaco ejecuten sus operaciones conforme al nuevo gravamen. Esta resolución, publicada en el Boletín Oficial, entrará en vigencia el martes 16 de julio, y será aplicable a las presentaciones de declaraciones juradas -originarias o rectificativas- realizadas a partir de dicha fecha.
Con la nueva normativa, el impuesto interno al tabaco se incrementa del 70% al 73%, una medida que trasladará el costo al precio de venta del producto en los kioscos. Este impuesto es precisamente el que Tabacalera Sarandí evitó pagar, amparándose en medidas cautelares que ya no están vigentes.
La evasión impositiva por parte de Tabacalera Sarandí no solo afecta las arcas del Estado, sino que también distorsiona el mercado del tabaco. Marcas populares como Red Point, West, Master y Kiel, producidas por Tabacalera Sarandí, lograron un incremento en su participación de mercado gracias a la capacidad de vender sus productos a precios significativamente menores, una ventaja obtenida a costa de no cumplir con sus obligaciones fiscales.
Esta competencia desleal generó indignación entre otros fabricantes de tabaco que sí cumplen con sus impuestos, quienes ven en la evasión de Otero una amenaza directa a la equidad y estabilidad del mercado.
La intimación de la AFIP marca un hito en la lucha contra la evasión fiscal en el sector del tabaco. Las consecuencias para Pablo Otero y Tabacalera Sarandí podrían ser severas si no se ajustan a la normativa vigente. La posible exclusión del régimen de fabricantes de tabaco no solo implicaría un golpe financiero para la empresa, sino que también afectaría su operatividad y reputación en el mercado.
El caso de Tabacalera Sarandí y su dueño Pablo Otero pone en evidencia la importancia de la transparencia y el cumplimiento de las obligaciones fiscales para el correcto funcionamiento del mercado y la justa competencia entre empresas. La AFIP, en su rol de organismo recaudador, demostró su firmeza y compromiso con la legalidad, enviando un mensaje claro a todos los sectores de la economía nacional: la evasión fiscal no será tolerada.